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Es una historia de mentiras... misterios y tabúes.

¿Qué Harías si un día te enteras que toda tu vida es una farsa... y que tus verdaderos orígenes no son tan humanos como pensabas?...


Frase de la semana

"La belleza puede ser motivo de desaliento, de profunda desolación, y así me sentí en su presencia"

Los ojos del Vampiro.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Comienzos


Les dejo un nuevo capitulo de "La Mascarada" recuerden que este relato no es mio, si no la base de un juego.

Supongo que deberíamos empezar por lo básico. En efecto, soy un vampiro llevado a tal estado de la existencia en el Año de Nuestro Señor de 1796 por una mujer que me fue presentada como una, “dama de la noche”. El caballero que nos presentó (uno de sus sirvientes, según descubrí mas tarde) tenía un extraño sentido del humor.
Pero me estoy desviando. Sí, bebo sangre humana. Sin el sustento que me proporciona, me marchitaría; con ella, viviré para siempre. Exacto, para siempre. A menos que sea destruido (y destruir a uno de los Condenados como dice la leyenda. Sólo el sol, y las emociones que engendra, nos esta vedado; los vampiros podemos beber en las noches de eras incontables, podemos seguir incólumes mientras todo lo que conocemos se convierte en polvo a nuestro alrededor y es reemplazado por algo que a su vez se desmorona, y así sucesivamente…
Ah, vuelvo a salirme de la cuestión. Sangre, sí, sangre. Puedo sobrevivir con sangre de animales (casi todos podemos, menos los más viejos), pero esta dieta no es agradable. No, todos queremos beber de las mejores cosechas, pues de lo contrario pasamos todo el tiempo con un embotamiento en las tripas que nunca desaparece. Además, diría que se pone peor cuanto más hambre tienes; es probable que un vampiro que haya pasado demasiado tiempo sin alimentarse demuestre una lamentable falta de autocontrol.
Hay otros indicios fisiológicos que revelan mi condición. Mi corazón no late; basta con la fuerza de mi voluntad para impulsar la sangre por el cuerpo. Mis órganos internos, por lo que sé, llevan mucho tiempo atrofiados y convertidos en simples vestigios. Pero ningún forense llegara a verlo, pues si fuese destruido me descompondría rápidamente en polvo. Mientras tanto, no me afectan molestias como la respiración, las temperaturas extremas y demás. Mi piel está siempre fría, a menos que desee calentarla. Pero eso cuesta un cierto esfuerzo de voluntad y gastar sangre valiosa. La comida corriente me es repulsiva y no aguaitaría más de unos segundos en lo que queda de mi estómago. Incluso con la eternidad extendiéndose ante mí, querida, tengo cosas mejores que hacer con mi tiempo que inclinarme sobre la taza del inodoro para vomitar cenizas y bocados sin digerir.
En términos legos, ya no soy humano. A todos los afectos soy simplemente un cadáver andante que se alimenta de sangre, idéntico a cualquier ocupante de una morgue salvo por el hecho de que me muevo. Reservo las delicadezas como calentar mi piel y parpadear para cuando estoy en compañía, como la tuya.
Dame las gracias, querida. Mantenerme con este fresco aspecto de rosa para ti me está costando más de lo que imaginas
Ah, volvemos a la ingestión de sangre, el acto definitorio, solo hubiese, de mi existencia. Sí, me temo que es una necesidad, aunque puedes dejar viva a la presa. Todo lo que hace falta es un poco de autocontrol y un pequeño esfuerzo para cerrar la herida… Y no, no todos bebemos del cuello. Otro cliché que puedes borrar de tu lista. Pero el problema de dejar viva a tu presa es que, a menos que tengas ciertas… protecciones, recuerda lo ocurrido. Estas violaciones de la Mascarada no están bien vistas por los poderes fácticos entre los vampiros. Con frecuencia, ,imitarse a matar es lo más sencillo.

1 comentarios:

Samantha dijo...

Me encanta la mascarada!!!!!!!