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Es una historia de mentiras... misterios y tabúes.

¿Qué Harías si un día te enteras que toda tu vida es una farsa... y que tus verdaderos orígenes no son tan humanos como pensabas?...


Frase de la semana

"La belleza puede ser motivo de desaliento, de profunda desolación, y así me sentí en su presencia"

Los ojos del Vampiro.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Hola !!! Hoy inicio con un nuevo segmento en el cual les dejare relatos de grandes escritores. Todos los cuentos serán de la temática Vampírica. Espero que los disfruten.
Comenzare con un gran escritor argentino, Horacio Quiroga.

El Vampiro.
Horacio Quiroga.


—Sí—dijo el abogado Rhode—. Yo tuve esa causa. Es un caso, bastante raro por aquí, de vampirismo. Rogelio Castelar, un hombre hasta entonces normal fuera de algunas fantasías, fue sorprendido una noche en el cementerio arrastrando el cadáver recién enterrado de una mujer. El individuo tenía las manos destrozadas porque había removido un metro cúbico de tierra con las uñas. En el borde de la fosa yacían los restos del ataúd, recién quemado. Y como complemento macabro, un gato, sin duda forastero, yacía por allí con los riñones rotos. Como ven, nada faltaba al cuadro.
En la primera entrevista con el hombre vi que tenía que habérmelas con un fúnebre loco. Al principio se obstinó en no responderme, aunque sin dejar un instante de asentir con la cabeza a mis razonamientos. Por fin pareció hallar en mí al hombre digno de oírle. La boca le temblaba por la ansiedad de comunicarse.
— ¡Ah! ¡Usted me entiende!—exclamó, fijando en mí sus ojos de fiebre. Y continuó con un vértigo de que apenas puede dar idea lo que recuerdo:
— ¡A usted le diré todo! ¡Sí! ¿Qué cómo fue eso del ga... de la gata? ¡Yo! ¡Solamente yo!
—Óigame: Cuando yo llegué.. . allá, mi mujer...
—¿Dónde allá?—le interrumpí.
—Allá... ¿La gata o no? ¿Entonces?... Cuando yo llegué mi mujer corrió como una loca a abrazarme. Y en seguida se desmayó. Todos se precipitaron entonces sobre mí, mirándome con ojos de locos.
¡Mi casa! ¡Se había quemado, derrumbado, hundido con todo lo que tenía dentro! ¡Ésa, ésa era mi casa! ¡Pero ella no, mi mujer mía!
Entonces un miserable devorado por la locura me sacudió el hombro, gritándome:
— ¿Qué hace? ¡Conteste!
Y yo le contesté:
— ¡Es mi mujer! ¡Mi mujer mía que se ha salvado!
Entonces se levantó un clamor:
— ¡No es ella! ¡Ésa no es!
Sentí que mis ojos, al bajarse a mirar lo que yo tenía entre mis brazos, querían saltarse de las órbitas ¿No era ésa María, la María de mí, y desmayada? Un golpe de sangre me encendió los ojos y de mis brazos cayó una mujer que no era María. Entonces salté sobre una barrica y dominé a todos los trabajadores. Y grité con la voz ronca:
—¡Por qué! ¡Por qué!
Ni uno solo estaba peinado porque el viento les echaba a todos el pelo de costado. Y los ojos de fuera mirándome.
Entonces comencé a oír de todas partes:
—Murió.
—Murió aplastada.
—Murió.
—Gritó.
—Gritó una sola vez.
—Yo sentí que gritaba.
—Yo también.
—Murió.
—La mujer de él murió aplastada.
— ¡Por todos los santos!—grité yo entonces retorciéndome las manos—. ¡Salvémosla, compañeros! ¡Es un deber nuestro salvarla!
Y corrimos todos. Todos corrimos con silenciosa furia a los escombros. Los ladrillos volaban, los marcos caían desescuadrados y la remoción avanzaba a saltos.
A las cuatro yo solo trabajaba. No me quedaba una uña sana, ni en mis dedos había otra cosa que escarbar. ¡Pero en mi pecho! ¡Angustia y furor de tremebunda desgracia que temblaste en mi pecho al buscar a mi María!
No quedaba sino el piano por remover. Había allí un silencio de epidemia, una enagua caída y ratas muertas. Bajo el piano tumbado, sobre el piso granate de sangre y carbón, estaba aplastada la sirvienta.
Yo la saqué al patio, donde no quedaban sino cuatro paredes silenciosas, viscosas de alquitrán y agua. El suelo resbaladizo reflejaba el cielo oscuro. Entonces cogí a la sirvienta y comencé a arrastrarla alrededor del patio.
Eran míos esos pasos. ¡Y qué pasos! ¡Un paso, otro paso otro paso!
En el hueco de una puerta—carbón y agujero, nada más—estaba acurrucada la gata de casa, que había escapado al desastre, aunque estropeada. La cuarta vez que la sirvienta y yo pasamos frente a ella, la gata lanzó un aullido de cólera.
¡Ah! ¿No era yo, entonces?, grité desesperado. ¿No fui yo el que buscó entre los escombros, la ruina y la mortaja de los marcos, un solo pedazo de mi María!
La sexta vez que pasamos delante de la gata, el animal se erizó. La séptima vez se levantó, llevando a la rastra las patas de atrás. Y nos siguió entonces así, esforzándose por mojar la lengua en el pelo engrasado de la sirvienta —¡de ella, de María, no maldito rebuscador de cadáveres!
— ¡Rebuscador de cadáveres!—repetí yo mirándolo—. ¡Pero entonces eso fue en el cementerio!
El vampiro se aplastó entonces el pelo mientras me miraba con sus inmensos ojos de loco.
— ¡Conque sabías entonces! —articuló—. ¡Conque todos lo saben y me dejan hablar una hora! ¡Ah! —rugió en un sollozo echando la cabeza atrás y deslizándose por la pared hasta caer sentado—: ¡Pero quién me dice al miserable yo, aquí, por qué en mi casa me arranqué las uñas para no salvar del alquitrán ni el pelo colgante de mi María!
No necesitaba más, como ustedes comprenden —concluyó el abogado—, para orientarme totalmente respecto del individuo. Fue internado en seguida. Hace ya dos años de esto, y anoche ha salido, perfectamente curado. . .
— ¿Anoche? —Exclamó un hombre joven de riguroso luto—. ¿Y de noche se da de alta a los locos?
— ¿Por qué no? El individuo está curado, tan sano como usted y como yo. Por lo demás, si reincide, lo que es de regla en estos vampiros, a estas horas debe de estar ya en funciones. Pero estos no son asuntos míos. Buenas noches, señores.

Horacio Quiroga.

Les dejo el capitulo 5 "the Vampires Diaries": You're Undead to Me...
Disfrutenlo!!!

domingo, 7 de febrero de 2010

Vampiro de Crepúsculo va por una mordida en la televisión

Dominar una dualidad contrastante al igual que fascinante en el cine y la televisión durante el último año hizo que el actor estadounidense Peter Facinelli se convirtiera en un fenómeno mediático al interpretar simultáneamente a dos de los médicos más famosos de la pantalla hollywoodense. Uno es el pasivo y maduro vampiro de buen corazón, doctor Carlisle Cullen, de la saga Crepúsculo. El otro es el enérgico, narcisista e infantil Dr. Fitch "Coop" Cooper, del exitazo de Showtime (Weeds, The Tudors): Nurse Jackie, que la noche de su debut en Estados Unidos fue sintonizada por un millón de televidentes, hazaña nunca antes alcanzada por esta productora.

A pesar de que en los pasados 15 años Facinelli no ha hecho más que dedicarse a la actuación en programas de renombre como Demages y Six Feet Under, su carrera tomó auge al ponerse en la piel de los galenos, así lo explicó el mismo actor en entrevista telefónica con La Verdad. Como Coop dijo hacerse el inmaduro, engreído, pero atrayente doctor adicto a Twitter del All Saints Hospital de Nueva York, escenario del alocado dramedy televisivo, que nada más y nada menos tiene como protagonista a la multipremiada Edie Falco, memorable rostro de Carmela Soprano, patriarca de la mafia italiana en The Sopranos.

Con la artillería pesada de Nurse Jackie el nuevo canal por suscripción, Universal Studios llegó a las parrilleras de las cableoperadoras de Latinoamérica desde la semana pasada, pero apenas hoy a las 8.30 de la noche estrena su batacazo que hará temblar hasta al mismísimo Dr. House, pues la enfermera Jackie Payton (Falco) ha sido laureada por algunos críticos por destilar toneladas de sarcasmo, ironía, osadía y malicia al mismo nivel del doctor interpretado por Hugh Laurie.


Dos médicos en uno

Para que Jackie Payton explaye todo su sarcasmo es necesario personajes como el de Peter Facinelli salgan al ruedo. Para el actor había llegado el mejor momento de su carrera. Según él mismo contó a este rotativo, desde agosto de 2009 hasta finales de año intercaló las grabaciones de Eclipse (tercera parte de Crepúsculo) con la primera temporada de Nurse Jackie. Por esos días sus paisajes variaban entre los sombríos bosques en Vancouver y los modernos edificios de Nueva York. En el primero palidecía su piel y se teñía el cabello rubio para ser el vampiro/médico Carlisle. Y en el segundo escenario volvía al tono castaño y bronceado para ser el conquistador.


"Cada vez que mi agente me pregunta qué quieres hacer ahora le digo: 'Algo que no haya hecho nunca antes'. Me encanta el hecho de que ambos personajes sean doctores, aunque en realidad lo único que comparten es la ocupación". La popularidad de Facinelli no es algo nuevo. Las pasiones que ahora despierta sí lo son. Para muestra de ello están el millón y medio de seguidores que posee en Twitter.


Facinelli describió el personaje de Falco como una enfermera ejemplar que trabaja largos turnos, incluso por encima de lo reglamentado, y desde ese punto en particular es que se enfoca la serie. "Usualmente los otros dramas médicos se enfocan en los doctores. Nurse Jackie se hace desde la mirada de una enfermera lo que te muestra una perspectiva que no has tenido antes".


En Nurse Jackie la enfermera es el eje en torno al cual gira el libreto, cuyo éxito se le adjudica a las altas dosis de realismo y humor negro que bajan del pedestal al personal de la salud y a la vez los humaniza con situaciones comunes como adicciones, falsificaciones e infidelidades; alejando la imagen romántica, heroíca y fresa que otros programas del género le han dado a los médicos.


Sobre Jackie

La serie Nurse Jackie fue escrita por Liz Brixius, Linda Wallem y Evan Dunsky con Wallem Brixius. También actúan Eve Best como la doctora Eleanor O'Hara, Merritt Wever como la pasante Zoey Barkow, Haaz Sleiman como Mohammed y Paul Schulze como el farmacéutico. La serie ya tiene garantizada una segunda temporada debido a su gran aceptación.

web@laverdad.com - Fabiola Bohórquez Guerra - Maracaibo - 07/02/2010 00:01 07